Festival Internacional de la Digna Rabia |
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"Nuestra posición como zapatistas es clara. No apoyamos el pacifismo que se enarbola para que sea otro el que ponga la otra mejilla, ni la violencia que se alienta cuando son otros quienes ponen los muertos.
Nosotros somos quienes somos, con todo lo bueno y todo lo malo que cargamos y que es nuestra responsabilidad.
Pero sería ingenuo pensar que todo lo bueno que hemos logrado, incluído el privilegio de escucharlos y aprender de ustedes, se hubiera conseguido sin la preparación de una década entera para que amaneciera el Primero de Enero como de por sí amaneíó hace 15 años.
No fue con una marcha ni con un desplegado de "los abajo-firmantes" que nos dimos a conocer. Fue con un ejército armado, con los combates contra las fuerzas federales, con la resistencia armada que nos dimos a conocer. Y nuestros compañeros y compañeras caídos, muertos y desaparecidos, lo han sido en una guerra violenta que no empezó hace 15 años, sino hace 500, hace 200, hace 100 años".
Palabras del EZLN circuladas el 2 de Enero del 2009, en la primera mesa de reflexión organizada en el Festival de la Digna Rabia bajo la consigna "otro mundo, otra política" y a la vez, intentando marcar otro camino: abajo y a la izquierda. Y sigue:
"No estoy haciendo una apología de la violencia, estoy señalando un hecho constatable: en guerra nos conocieron, en guerra nos hemos mantenido estos 15 años, en guerra seguiremos hasta que este rincón del mundo llamado México haga suyo su propio destino, sin trampas, sin suplantaciones, sin simulaciones.
El Poder tiene en la violencia un recurso de dominación, pero también lo tiene en el arte y la cultura, en el conocimiento, en la información, en el sistema de justicia, en la educación, en la política institucional y, por supuesto, en la economía.
Cada lucha, cada movimiento, en sus muy particulares geografías y calendarios, debe recurrir a diversas formas de lucha. No es la única y probablemente no sea la mejor, pero la violencia es una de ellas.
Es un gesto bello el enfrentar con flores los cañones de los fusiles, vaya hasta hay fotos eternizando el acto. Pero a veces es necesario hacer que esos fusiles cambien de objetivo y se dirijan hacia arriba.
El acusador y el acusado
Se nos acusa de muchas cosas, es cierto. Y probablemente seamos culpables de alguna de ellas, pero ahora quiero detenerme en una:
No disparamos al reloj del tiempo ese primero de enero, ni lo convertimos en una fiesta nostálgica de derrota, como han hecho con el 68 algun@s de esa generación en todo el mundo, como lo han hecho en México con el 88 y ahora hasta con el 2006. Sobre este culto enfermizo por los calendarios trucados volveré después.
Tampoco editamos la historia para renombrarla señalando que somos o fuimos los únicos o los mejores, o ambas cosas (que es lo que hace esa histeria grupal que es el movimiento lopezobradorista, pero ya volveré sobre esto después).
Hubo y hay quienes nos critican que no hayamos dado el salto “a la realpolitik” cuando nuestros bonos políticos, es decir nuestro rating mediático, favorecía un buen precio por nuestra dignidad en el mercado de opciones electorales (que no políticas).
Nos acusan, en concreto, de no haber sucumbido a la seducción del poder, ésa que ha logrado que gente muy brillante de izquierda diga y haga cosas que serían una vergüenza para cualquiera.
Nos acusaron también de “desvarío ultra” o “radicalismo” porque en la VI Declaración señalamos al sistema capitalista como el causante de los principales males que aquejan a la humanidad. Hoy ya no insisten en eso, porque hasta los voceros del gran capital financiero en Wall Street lo dicen.
Por cierto, ahora que todo mundo dice y redice sobre la crisis global, habría que recordar que hace ya 13 años, en 1996, fue advertida por un escarabajo digno y rabioso. Don Durito de La Lacandona, en la ponencia más breve que he escuchado en mi corta edad, dijo “el problema con la globalización es que luego los globos se revientan”.
Nos acusan de no constreñirnos a la supervivencia que con sacrificios y el apoyo de los abajos en los rincones del planeta hemos edificado en estas tierras indias, y de no encerrarnos en lo que las mentes lúcidas (así se dicen) llaman “el laboratorio zapatista” o “la comuna de la Lacandona”.
Nos acusan de salir, una y otra vez, para confrontar al Poder y para buscar a otras, otros, ustedes, que lo confronten sin falsos consuelos ni conformismos.
Nos acusan de haber sobrevivido.
Y no se refieren a la resistencia que 15 años después nos permite decir que seguimos luchando, no sólo viviendo.
Lo que les molesta es que hayamos sobrevivido como otro referente de la lucha, de la reflexión crítica, de la ética política.
Nos acusan, quién lo fuera a decir, de no habernos rendido, de no habernos vendido, de no haber claudicado.
Nos acusan, en suma, de ser zapatistas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Hoy, 515 años después, 200 años después, 100 años después, 25 años después, 15 años después, 5 años después, 3 años después, declaramos: somos culpables.
Y, puesto que es el modo neozapatista, no sólo lo confesamos, también lo celebramos.
No imaginamos que esto le iba a doler a algunos que allá arriba simulan progresismo o se visten de una izquierda de amarillo descolorido o sin siquiera color, pero hay que decirlo:
El EZLN vive. ¡Viva el EZLN!
Muchas gracias.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, 2 de enero del 2009.
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