jueves, 31 de julio de 2008

nOcheS de rAdiO

Salud a la cofradía de la rosa y de la risa, de los ritmos y la rima, de los roces y los goces, de la rabia y la ternura!!!

Jugando con la apertura del programa "La Rosa Brindada", que desde el año 2005 se emite por Radio de la Ciudad, AM 1110,
- en la actualidad su horario es Sábados de 20 a 22 hs. - y que puede escucharse por internet en www.radiodelaciudad.gov.ar , se suceden fotos que muestran a decenas de cofrades que dedican creatividad y talento al enriquecimiento de la cultura popular y la actividad comunicacional, más algunos testimonios de grupos en vivo: "la banda del viejo mundo", "Alegrías de a peso" y "dúo Lalucek")

Otros momentos pertenecen a "Sonidos agitadóricos", el programa que desde marzo 2008 realizamos para La Voz de Las Madres, AM 530, -Martes a Viernes de 21 a 22hs.-, que también se escucha por internet navegando por la página www.madres.org


viernes, 18 de julio de 2008

ObrerAs del placEr

Las neuqinas Macky Corbalán, -poeta y periodista- y Valeria Flores, -docente y poeta-, llegaron a Buenos Aires para, entre otras cosas, presentar el tercer libro de Macky "Como mil flores", encontrarse con amigas, patear la ciudad aprovechando las vacaciones de invierno de ambas y, de paso por La Voz de Las Madres, sumar sus voces al "Sonidos Agitadóricos" del jueves 17. Con tiempo rescataré el audio, aquí va un bello texto que produjeron para Fugitivas del desierto, espacio desde el que intervienen e interpelan como lesbianas feministas.

El Estado criminaliza el placer de las mujeres y autoriza la violencia contra nuestros cuerpos. El útero es el órgano confiscado. En la historia de los hombres y de dios, hemos sido capturadas en cuerpos para reproducir, para criar hijos, para servir, para

agradar, para acatar. En el capitalismo, el placer es una mercancía, somos sirvientas del placer para los otros. La precarización laboral define el tiempo de la esclavitud sexual. La plusvalía para el capital, su ganancia emocional, es nuestro agotamiento corporal. La herida, el golpe, la ley, la moral, la mirada, el asesinato, la hoguera, la cárcel, el hambre, han sido los castigos por transgredir el principio de obediencia. El neoliberalismo
nos alza como trofeo de la igualdad, con su sonrisa esperpéntica que acata y calla la pobreza que nos mata. La coerción y la restricción son las marcas de la desigualdad, que oferta comportamientos uniformes en las góndolas de la represión. Todo escenario de guerra nos degrada.

Somos las trabajadoras con cuerpos improductivos contra la explotación, las obreras que hacemos de lo habitual la ocasión para el espasmo, para el filo del goce,
las artesanas que abandonan la pasividad para encender la intensidad del
tiempo las cautivas que destruyen las prisiones de la piel que nos niegan,
las historiadoras que trazan la desclasificación de los archivos seriales del erotismo,
las fabuladoras de pensar insatisfecho que siembran dudas, sospechas y discordia
las costureras de los hilos de rebeldía
las practicantes del arte del descalce y el intervalo que desorganiza el pacto de la mecánica machista
las constructoras que ensayan respuestas a la arquitectura de la violencia
las aventureras que experimentan formas de modificar la vida
las intrépidas que rompen la ortodoxia del placer genital
las terroristas que boicotean las lógicas patriarcales
las expropiadoras del excedente del trabajo, haciendo de la obligación una razón perecedera
las divorciadas de la matriz "femenina", de los modelos de renuncia, abnegación y sacrificio extremo
las arqueólogas de una literatura de deriva, enterrada, provocadora, que altera el "orden natural" del silencio
la mano de obra desocupada para nuestra masturbación colectiva, para las nuevas formas de hacer sexo
las predicadoras que tienen pertenencias móviles, juegos indebidos, signos indescifrables
las cocineras que hornean presentes que hierven

Porque para las mujeres obreras del placer, el placer:
es la autodeterminación, es decir NO
es una pertinaz insistencia de vida,
es el mapa de los micropoderes posibles ,
es el fluido de la conciencia que busca el consentimiento,
es el orificio por el que escapan los sonidos de la ira,
es un agradable accidente que interrumpe el escandaloso paisaje de una vida
apabullada por el acoso,
es un giro en la cuadrícula de la dominación patriarcal,
es la migración hacia el territorio inexplorado de las palabras,
es la sustitución del devenir vergüenza en devenir orgullo,
es el ejercicio diario de frustrar el diseño sumiso de las mujeres,
es la hendidura en la plana imaginería del consumo y el lucro,
es la estimulación intensa del cuerpo sin zonas rojas,
es una extrañeza en la geografía moral del cuerpo,
es la subversión de las jerarquías de poder,
es la discontinuidad con el testimonio de la penitencia,
es el desvío hacia una justicia sensible,
es la vibración nocturna en la oscilación del sueño,
es un invento ante el desgaste del discurso,
es la alteración de la coherencia del deseo,
es la distancia entre la satisfacción y el olvido.

Entre herencias de dictaduras y gritos de la tortura doméstica, las mujeres estamos afilando la lengua.
obreras del placer
- fugitivas del desierto - lesbianas feministas

sábado, 12 de julio de 2008

el deber del grito

CIUDAD JUAREZ poema de Francesca Gargallo

La muerte es un zapato vacío de mujer
en el desierto indiferente
sequía de sueños
una madre que grita.

La violencia es el grito
el deber del grito
la telaraña de mentiras que sofoca el grito.

La violencia es la trampa donde cae
la mujer que pierde el zapato
trabaja doce horas sin afecto
y no puede abortar a pesar de la eclampsia
el abandono
la violación
el hambre mismo.

Un zapato sin mujer es testigo
un trozo de media
el pelo negro desparramado en el desierto que llora
que gime como la muerte.

La madre recoge el zapato
lo arranca de la mano de un policía indiferente
lo lee.

La hermana levanta el rostro
la amiga la mira, se miran, sueñan plantando sus pies en la tierra.

miércoles, 9 de julio de 2008

FEMINICIDIOS, viOlenciA seXual e impUnidAd

"Cuerpo de mujer: peligro de muerte", tanto más si ella vive en Ciudad Juárez, estado de Chihuahua, frontera Norte de México con Estados Unidos. Allí, como en muchos lugares de este mundo, un pacto de silencio garantiza la lealtad capitalista y patriarcal.


por Yunuen Madrigal



Para abordar este tema parto de considerar el feminicidio como un hecho social elocuente y esclarecedor sobre la estructura socioeconómica capitalista, neoliberal, considerando transversalmente el lugar, el trabajo y la cotidianidad de las mujeres en este marco de realidad.

Ciudad Juárez, Chihuahua, es un polo industrial en frontera con Estados Unidos y lugar de paso para emigrantes, drogas y armas, situada en la región Norte de México: Chihuahua, Coahuila, Sonora, Tamaulipas, las Bajas Californias, donde se considera que hay más desarrollo, trabajo, dinero por ser diferente al Sur mexicano, que es en general, campesino y diverso en pueblos indígenas, y debido a políticas que han transformado la producción rural en consumidora de alimentos importados, expulsora de fuerza de trabajo, empobrecido a pesar de la riqueza natural, considerado "atrasado". Feminicidio o femicidio, en Ciudad Juárez es el asesinato continuo, de forma grupal o individual, de mujeres. Todas pobres, morenas o "latinas"; algunas obreras, estudiantes, prostitutas, madres o hijas de familia. Mujeres que por edades, van desde niñas menores de 5 años a mujeres de más de 60. Todas violadas, con huellas de tortura, algunas marcadas en el cuerpo con inscripciones, descuartizadas, evisceradas o mutiladas genitalmente con saña. Sus cuerpos fueron abandonados en el desierto, en los campos, en los barrios más miserables de la ciudad. Otro elemento común es la impunidad, incluso las amenazas e intimidación a familiares y quienes han exigido al menos una investigación regular por cada caso. Es decir, feminicidio es la masacre de mujeres, agravado en la precariedad económica, laboral y social, cometido por hombres protegidos o investidos del poder político local, ya sea como criminales organizados en las fuerzas policiales, militares o en los cárteles de narcotráfico. O bien, esta tipología criminal cometida de forma individual.

Desde 1993 a la fecha se han admitido desde los gobiernos en turno 268 asesinatos hasta 2001; posteriormente, 450. Amnistía Internacional y organismos no gubernamentales, la Comisión Internacional de Derechos Humanos han presentado informes que hablan de más de 600 feminicidios y 4500 desapariciones. Cabe mencionar que los ministerios de justicia de Ciudad Juárez toman una denuncia e inician una investigación por desaparición, cuando ésta la requiere un familiar luego de dos meses de ausencia de la persona, mientras se especula su posible paso a Estados Unidos, su huida temporal de la familia o semejantes. En un lugar que permanentemente recibe cientos de personas de todo el Sur, ya sea de México y Centroamérica como emigrantes, es posible imaginar todo lo que no se denuncia ni se percibe como "desaparición". Estos números, su ponderación, hacen comparable en los hechos, el feminicidio al terrorismo de estado en tiempos de contrainsurgencia, a las tácticas paramilitares de violencia sexual y ocupación de territorios como guerra de baja intensidad contra las mujeres, sin un ataque cuerpo a cuerpo entre fuerzas regulares, como sucede ahora contra los movimientos indígenas, magisteriales o estudiantiles, como sucedió en el 2006, en Atenco y Oaxaca. Por primera vez se denunció la violencia sexual como una forma específica de ataque policial y militar a la población. Todo esto en democracia.
Para cometer estos crímenes, con semejante exhibición de poder, crueldad, cálculo y dinero, se necesitan varios narcotraficantes, muchos policías, hombres que incluyen en sus fiestas insaciables orgías de horror. El feminicidio es obra no de enfermos, ni sicópatas, ni ritual satánico, ni signo del Apocalipsis: Hay unos cuantos hombres plenos de poder e impunidad que hacen lo que quieren.

Mientras el horror, la vergüenza, el miedo por cada nuevo crimen recorren la frontera con los Estados Unidos, pues el feminicidio también ocurre en Baja California Norte, Sonora y Tamaulipas, vemos que durante las actuales presidencias de George W. Bush se ha iniciado la construcción de un muro de 3110 km., el largo de toda la frontera con México. Como lo expresa el escritor anarquista Mumia Abu Jamal, es más largo que la muralla China, elocuente en cómo consideran a latinos y latinas en general gobernantes, cuerpos policiales e instituciones allá en el Norte. Porque patrones, empresas ofreciendo de 8, 12, 16 dólares por hora, sí que los hay. Campos inmensos para cosechar en el sur, y toda clase de servicios que ningún yanqui, a no ser empobrecido hacen. Pero el odio racista de siglos, la segregación y el nacionalismo de una sociedad que se cree digna de ir a imponerle a todo el mundo su superioridad, y mostrar a todos cómo deben vivir respalda y construye este muro, esta frontera criminal, esta otra forma de violencia contra el derecho a emigrar en el mundo.


Los gobiernos chihuahuenses de Francisco Barrio, Patricio Martínez, José Reyes Baeza y los correspondientes presidentes mexicanos, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y el actual, Felipe Calderón han especulado sobre las causas de estos crímenes, atribuyéndolas a la inseguridad, a la necesidad de más presupuesto para combatirla o luchar contra el narcotráfico; han propuesto incrementar los cuerpos policiales o militarizarlos. Han negado cualquier número de muertes. Cuando han admitido que estas muertas existen, las autoridades nos han dicho que eran prostitutas. Jerarcas de la iglesia, funcionarios y empresarios han hablado de que los cambios de costumbres de las mujeres, su vida nocturna, les hacen presas fáciles, les exponen a la violencia. Han promovido durante años como política de prevención, que a las mujeres en su casa no les pasa nada malo. Y las mujeres en Ciudad Juárez no son como las de antes: Emigran, van al trabajo, a estudiar, van a la tienda, a visitar a sus amigas, a divertirse.

Nos han dicho que los porcentajes de muertas han descendido. Como si nos pudiéramos alegrar de que hubiera sólo un 1% de mujeres asesinadas de esta forma. Como si Ciudad Juárez no fuera ya un campo de exterminio, un territorio de guerra contra las mujeres, efectuado desde la maquila, la frontera con Estados Unidos y la pobreza generalizada para la población mexicana, en una sociedad que recién vive la emergencia de las mujeres como individuas, humanas con derecho a trabajar por un salario, sin situarse dentro de la estructura de la familia nuclear o extensa como medio de vida. Insisto: en los 14 años desde que comenzó a contarse o percibirse el feminicidio, los gobiernos y presidentes han eludido toda responsabilidad respecto de la procuración de justicia, información, políticas de cuidado, prevención y castigo en los casos de violencia contra las mujeres. Nos deben a la sociedad mexicana, a las mujeres en general, no sólo un informe sobre qué está pasando en Ciudad Juárez, quienes y porqué asesinan así a niñas y mujeres, sino cárcel a feminicidas, violadores y hombres violentos; en amplio, justicia social para las mujeres. ¿Me estoy contradiciendo, como anarquista, al pensar en cárcel y castigo a estos hombres, a estos oprimidos seres humanos que humillan, explotan, golpean, torturan, violan y asesinan mujeres, con la ayuda de otros hombres? Pues bien: ¡Que se les señale y entregue sin ningún arma ni privilegio a la justicia popular, que ninguna mujer o niña nos sobra ni merece esto! En todos estos años el trabajo de feministas de diferentes países ha denunciado la negada e invisibilizada violencia contra las mujeres, la impunidad, la injusticia y responsabilidad de los estados en la práctica del terrorismo sexual, en las políticas y estructuras patriarcales que hacen de cada gobierno un falso estado laico, mientras jerarcas de las religiones judeocristianas (ahora con recursos proveídos por el Partido Acción Nacional, en México) prohíben el aborto, el uso de preservativos, la anticoncepción de emergencia, la educación sexual oportuna, científica, pública, de calidad, gratuita y masiva para todas las niñas, niños y adolescentes. En el imaginario social mexicano, una niña o mujer golpeada o violada en su propio domicilio, por sus familiares, antes que denuncie o diga nada, no existe; después, miente; por último lo provocó, le gusta o no opuso resistencia. De esto no se habla. Romper el cerco de lo privado, lo íntimo, lo particular y llevar la violencia sexual, la violencia contra las mujeres a lo público, a las políticas, a las acciones en los movimientos sociales, responsabilizar a quienes corresponde y actuar colectivamente en este sentido es una tarea pendiente desde abajo, para las mujeres.

Diana Washington, Sergio González Rodríguez, Rita Laura Segato, desde el periodismo y la antropología han investigado y publicado -con amenazas, persecución y daño a sus vidas, incluso- quiénes son responsables de los feminicidios, cuál es el motivo de estos, por qué ocurren en un lugar como Ciudad Juárez. He aquí un fragmento de Cosecha de Mujeres. El Safari en el desierto mexicano, de Diana Washington:


"Los crímenes que convirtieron a esta ciudad fronteriza en la capital mundial de los asesinatos de mujeres (…) Tuvieron sus inicios en la guerra sucia de México[1], cuando apenas se iniciaba una red de capos del narcotráfico, empresarios, militares, policías y funcionarios corruptos. Y estas muertes estaban surgiendo en otros lugares de México y Centroamérica. El terror y la violencia de los Carrillo Fuentes fueron de gran utilidad para encubrir a los poderosos juniors, a quienes un funcionario federal atribuyó la comisión de estos asesinatos para proteger sus intereses financieros. (…) En el año 2004, tres policías mexicanos me enviaron un mensaje de advertencia para que detuviera y abandonara mi investigación. (…) 'los juniors están preocupados; no quieren que sus nombres sean divulgados'".[2]

El feminicidio, inserto en un marco de economía neoliberal muestra la existencia del libre comercio desigual, el libre flujo de recursos y capitales al Norte, pero no derechos plenos para trabajadores y trabajadoras emigrantes a los Estados Unidos. Esta es una realidad del neoliberalismo, aunada a la exorbitante acumulación de la riqueza en México, que tiene a Carlos Slim como ejemplo: magnate de primer lugar en la lista de Forbes en un país con 60 millones de personas viviendo con menos de dos dólares diarios. Respecto del feminicidio como un hecho social que compromete bilateralmente a México y Estados Unidos, Diana Washington afirma:

"Existen sospechas de que muchas de las muertes, y la forma en que se ha extendido a otras regiones representa una serie de respuestas a las estrategias bilaterales antidrogas y del libre comercio. (…) El gobierno mexicano habría tratado como secreto de Estado algunos aspectos de la lucha antidrogas, impulsada en gran parte por Estados Unidos para tratar de apagar o contener a los cárteles. Como respuesta se desató una poderosa alianza de intereses económicos, que incluye políticos y elementos corruptos del Ejército, que han declarado una guerra en contra de los esfuerzos del gobierno. (…) Hemos visto que /esta contraguerra/ ha incluido los asesinatos sistemáticos de mujeres, una auténtica campaña de terror que podía garantizar el doblegamiento de gobernantes, el temor en sus comunidades. Hemos visto que entre sus elementos se encuentran policías y soldados que fueron adiestrados por agencias federales estadounidenses, convertidos en escuadrones de la muerte para una extensa red del crimen organizado. (…) Estos sicarios tuvieron como manual de operaciones las guerras sucias en países como Guatemala, El Salvador, Chile, Argentina y México. Algunos de los principales narcotraficantes de México, Tijuana y Juárez se han trasladado a estos países para instalarse en ellos y así evadir la justicia.(…) Las víctimas de Ciudad Juárez (…) representan el futuro de la industria maquiladora, y en general, del pueblo mexicano."[3]

Sobre historias de vida de mujeres obreras en la frontera, a partir de la investigación hecha por la socióloga Norma Iglesias[4], tomo su exposición sobre maquila o maquiladoras: Son las plantas manufactureras en un país tercermundista, del Sur, que son filiales de empresas estadounidenses o plantas contratadas, ya se capital nacional o extranjero, dedicadas al ensamble de componentes o procesamiento de materias primas, ya sea de productos intermedios o finales, cuyas materias primas se importan de Estados Unidos y son de nuevo reexportadas una vez acabado el producto, que para su elaboración utilizan la labor intensiva, cronometrada del trabajo femenino.

Este cruce de fronteras hacia el sur maximiza las ganancias para las transnacionales en la producción de sofisticados artículos varios, como juguetes, electrodomésticos, ropa, misiles, computadoras. "A partir de los años sesenta, en que se inicia el Programa de Industrialización Fronteriza y termina el programa de Braceros, la frontera norte de México sufre cambios considerables en su vida económica. (…) Durante 1975, miles de fábricas localizadas en países altamente desarrollados, trasladaron sus operaciones total o parcialmente a no menos de 39 países en América Latina, Africa, Asia y El Caribe." Hasta 1982 los salarios en las maquiladoras se pagaron en dólares. Después en pesos mexicanos, lo que no disminuyó el atractivo del empleo frente a la desocupación y descampesinización del Sur de México.

Empresas como Sony, Toshiba, Daewo, Aiwa, Mattel, Microsoft, aparecen en el discurso de los gobernantes como generación de empleos, muestra de la confianza en una sociedad que atrae la inversión extranjera, cuando lo que se permite es la oportunidad de un extenso territorio -como la de la frontera con Estados Unidos- exenta del cumplimiento de leyes laborales y tributarias, sin estudios ni responsabilidad sobre el impacto ecológico o normas de protección a la salud de las trabajadoras. Los gobiernos locales reciben importantes sumas de dinero por la concesión de terrenos y facilidades para el armado de las líneas de montaje, que a diferencia de las fábricas del S. XIX, una vez vaciadas por los patrones, sin la posibilidad de recuperarse al no producir o poder adquirir las trabajadoras las materias primas para la mercancía final, éstas quedan irrecuperables y demuestran que son lugares de explotación extrema de la fuerza de trabajo femenina.

El 95% de las empleadas por las maquiladoras son mujeres, generalmente entre 16 a 24 años quienes trabajan jornadas de 10 y 12 horas sin ninguna prestación social ya conquistada o sancionada en el resto del país. Se paga por jornal o a destajo, por horas. Ocurren otras prácticas, específicamente violentas con las mujeres, como la violación e intimidación sexual para conseguir un empleo, por parte de los empleadores; ocurre el acoso, la seducción, la mistificación de la belleza femenina para ascender en el trabajo; ocurren los despidos por embarazo, pues ya desde antes de comenzar a trabajar se solicita una prueba de laboratorio certificando la no gravidez, y se llega a pedir a las obreras que muestren la toalla sanitaria en la menstruación o pasen a revisión -por supuesto, con cualquier capataz o administrador- para demostrar que no están embarazadas. Las mujeres cercanas a los 30 años de edad, son despedidas por este motivo porque ya no rinden igual en el trabajo, difícilmente son contratadas inicialmente alrededor de esta edad, aunque por lo general ya tienen hijos y esto facilita que acepten malas condiciones de trabajo y salario con tal de mantener a su familia, pero siendo más desechables que las adolescentes.

Se dice que adentro de las maquiladoras circulan drogas que hacen más rápida la producción, más rendidora la jornada, y finalmente, divertida la fábrica. Es decir, el narcotráfico es congruente, armónico con el ritmo vertiginoso, eficiente de la producción capitalista; la imagen del adicto, bohemio o marginal, del yupie que busca diversión extrema en fines de semana, también ha de integrar a trabajadoras, trabajadores que se drogan para rendir más y divertirse en el trabajo con el estímulo y complacencia de capataces y administradores. Si alguna de estas fiestas termina con mujeres asesinadas, no faltará quien necesite trabajar en la maquila.

Luego de este panorama general, a manera de propuesta destaco algunas cuestiones que a través de diferentes espacios y formas de activismo político se han presentado: Una de las formas de opresión de las mujeres, la más compleja, negada e invisibilizada es la violencia sexual. Esta nunca es inocua: su continuidad social a través de milenios, en prácticas que van desde la guerra a la prostitución, pasando por lo que se conoce como "abuso sexual infantil" e "incesto", sienta el precedente para que las vejaciones de carácter sexual sean silenciadas, y las víctimas de estos crímenes, inculpadas, cuestionadas por los mismos.
Otra gran dificultad es cómo hablar de esto, desde dónde: como individuas, con apoyo psicológico, legal; solicitar la solidaridad por empatía, clase o por injusticia, teniendo como referencia los derechos de las humanas. Cómo iniciar, también, diferentes espacios de organización, encuentro, contención, acciones sobre las diferentes opresiones que nos ocurren a las mujeres. A pesar de todo el dolor y la rabia del presente, somos más lúcidas. Estamos sabiendo quiénes son nuestros opresores, qué nos dicen para violentarnos más. Estamos sabiendo cómo acabar con todo esto, estamos encontrándonos en diferentes nosotras. Esto, finalmente, es lo que vale.

Considerando a la manera de Luce Fabbri y las anarquistas en general a la libertad como una utopía de ardua conquista, un horizonte móvil que nos exige crear caminos nuevos para vivirla socialmente, tenemos que la tensión ente el ideal -en este caso, un ideal para las mujeres, creado por nosotras- y su realización genera un devenir de posibilidades múltiples que no buscan el paraíso o mundos trascendentes, sino la realización en el aquí y ahora sujetos a constante revisión y múltiples experiencias de autogestión, oposición y lucha contra el poder patriarcal, organizándonos desde las bases, entre quienes nos reconocemos y esclarecemos en lo que nos oprime y solidariza.

La Utopía, el Ideal, aunque les pese a los revolucionarios pragmáticos y científicos, es el motor de la realidad que continuamente relativiza y compromete el camino andado. Ahora tiene deseos de mujeres, además… Desde la perspectiva anarcofeminista nos preocupa, pues, fundar políticas no estatales, o antiestatales, autoorganizadas, buscar y crear experiencias que para el tema que aquí tratamos esclarezcan alternativas para satisfacer las necesidades de las mujeres o bien, para conquistar los derechos de las humanas, para tener vidas dignas de ser vividas, sin miedo, sin violencia ni terrorismo sexual, con múltiples oportunidades de decidir en temas vitales como el tener hijos o ninguno, vivir en pareja, familia o de alguna otra manera, ser lesbianas, bisexuales o heterosexuales, recibir un salario digno por el trabajo realizado, es decir, un largo y diverso camino de praxis por la autonomía y el placer personal de cada mujer.


Pronunciamientos:

Ni una muerta más en Ciudad Juárez. Vivas las llevaron, vivas las queremos.

Libertad inmediata e incondicional de Romina Tejerina, presa políticia de los jerarcas católicos y gobernantes que impiden el aborto libre, la anticoncepción de emergencia, la atención jurídica, médica y psicológica de víctimas de violencia sexual.

Aparición con vida de todas las mujeres cautivas por las redes de tráfico humano para la prostitución. Castigo a sus proxenetas, clientes y políticos cómplices en su explotación.

Aparición con vida de Julio López, víctima del terrorismo de estado del gobierno militar del general Jorge Videla y actual testigo denunciante de esos crímenes.

Bibliografía

GUZZO, Cristina. Las Anarquistas Rioplatenses. 1890-1990. Ed. Orbis Press, Serie Reflexión no. 6, Phoenix, Arizona, USA, 2003. 118 pp.

FABBRI, Luce. La libertad. Entre La Historia y La Utopía. Tres ensayos y otros textos del Siglo XX. Ed. Lea, Barcelona, Cataluña, Diciembre 1998. 147 pp.

FRENCH, Marilyn. La Guerra contra las mujeres. Ed. Atlántida, Buenos Aires, Argentina, 1992. 302 pp.

IGLESIAS PRIETO, Norma. La flor más bella de la maquiladora. Historias de vida de la mujer obrera en Tijuana B.C.N. Ed. SEP Cultura, Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México, (CEFNOMEX) México, 1985, 166 pp.

SEGATO, Rita Laura. "Territorio, soberanía y crímenes de segundo estado: La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez", en El Rodaballo, Revista de política y cultura, Año XII, no. 16, verano 2006, Argentina.

WASHINGTON VALDÉZ, Diana. Cosecha de mujeres. El safari mexicano. Ed. Océano, 364 pp. México, 2004.

OTRAS FUENTES CONSULTADAS: Diario La Jornada , Proceso, (Semanario de análisis político), Suplemento feminista del Diario La Jornada " La Triple Jornada ", y páginas de internet de la Organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, Comité Eureka, Comité Cerezo, Amnistía Internacional, CIMAC.


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[1] Es decir, la lucha contra movimientos insurgentes en el país, que eran continuidad de la Revolución Mexicana con el impulso mundial anticapitalista de las décadas de los 60's y 70's. En la capital, Guerrero, Chihuahua, Sinaloa, Veracruz, Michoacán y otros estados mexicanos hubieron experiencias guerrilleras.

2] WASHINGTON, Diana. Cosecha de mujeres. El safari en el desierto mexicano. Ed. Océano, México, 2004.
[3] WASHINGTON, Diana. Cosecha de mujeres. El safari en el desierto mexicano Ed. Océano, México 2004.
[4] IGLESIAS, Norma. La flor más bella de la maquiladora… Ed. SEP-Cultura, México 1985.

viernes, 4 de julio de 2008

POBREZA


escribe el dramaturgo y psicoanalista Eduardo Pavlosky



Hace pocos meses escribí un artículo que decía "el hambre no tiene tácticas moderadas. El hambre tiene hambre". No tiene tiempo de espera. No debe jugarse como carta política. Hace poco, el Gobierno, en voz de su Presidenta, señaló que la pobreza bajaba progresivamente y hoy estaba en un 20 por ciento. Vamos mejor.

La pobreza y la indigencia en este maravilloso país alcanza a 10 millones de personas que no cubren sus necesidades básicas. Subdesarrollo de los recursos humanos, de un tercio de la población. Nunca hubo tanta diferencia entre los más ricos y los más pobres. Tenemos 50 mil millones de dólares guardados. La macroeconomía es un triunfo festejado en el Gobierno. Pero recién ahora, en un juego político admirable, aparece la pobreza en carne viva. Hasta hace poco era la inseguridad. Blumberg fracasó con todas sus tácticas fascistas del Manhattan Institute.

No dejé de escuchar dos o tres horas por día los iguales discursos repetitivos de ambas partes del conflicto. Nunca tuvieron tanta prensa. Apareció de golpe una imagen conmovedora. Era en José León Suárez, en un magnífico basural donde se arrojan los residuos. Habría mil personas sumergidas en la basura, niños, adultos, algunos eligiendo y otros comiendo ávidamente de los restos que la otra clase social arrojaba a la basura. El periodista dijo que el olor fétido era insoportable. Pero todos comían. Devoraban los restos –los escombros– de comida. De nadie. No parecían infelices. Hubo un señor que dijo: "En este país es mentira que hay hambre. Todos podemos comer. Es cuestión de rebusque". El periodista le preguntó si tenía hijos y él respondió: "Tengo cinco, pero no los hago venir acá. Conseguir la comida es una responsabilidad de padre. Hoy conseguí chocolate, creo que es inglés, y unas buenas porciones de carne".

El periodista se alejaba de la nauseabundez, de lo agónico de una realidad que ninguna fantasía podía superar. Lo que hacía más maravilloso lo macabro de la situación era el conformismo. Ninguno protesta. Ese hambre tiene hambre. Carece de sentido de protesta e indignación. Tres generaciones han transmitido para un sector de la población que esa manera de comer es natural. La indigencia se ha interiorizado como obvia.

El mundo es así. "Los únicos privilegiados son los niños." Son los que han interiorizado que la vida es así. Y hasta van contentos al basural como esos dos niños que se disputaban dos trozos de pollo, riendo y saltando entre la comida fétida.

Hace tres meses decía Pasquini Durán que "los niños que ya no van al colegio y los jóvenes sin trabajo que deambulan por las calles no deben quedar expuestos a los inescrupulosos que sólo pueden ofrecerles el cóctel del delito, explotación y hasta muerte, hay doce veces más de pobres que aguardan la oportunidad de una vida nueva. Esta es una causa grande".

Los niños pobres (sus padres también) ya han perdido capital simbólico. Ya no saben dónde están ni quiénes son. Mucho menos el lugar que les tocó ocupar en la sociedad. Perón, en sus comienzos, estableció desde Trabajo y Previsión el "Estatuto del Peón Rural del Campo". Dignificó a los descamisados –como Morales con los indígenas–, les dio humanidad y Evita trabajó por la niñez toda su vida, desde su comienzo político. De abajo para arriba.

Hace pocos días, Página /12 sacó un artículo del obispo de Humahuaca donde decía: "¿Y la pobreza para cuándo? Hay gente que se está muriendo por falta de medicamentos, de insumos, de médicos y de atención en nuestros hospitales y puestos de salud, carentes de todo lo imprescindible".

"Esta situación no es sólo nuestra sino de otras zonas del país, porque hay un desamparo sanitario evidente en gran parte del interior." "No se enojen, señores gobernantes, la pobreza extrema sigue vigente y sigue cobrándose víctimas diarias, sigue golpeando a millones de argentinos."

Le preguntaría al ex presidente si el obispo forma parte de algún golpe militar en devenir o es simplemente un argentino que sufre la indigencia y la muerte de cerca de sus compatriotas.

Porque dentro de las nuevas tácticas es hacer creer que el que disiente con él es un golpista.

Yo no estoy con el agro, pero tampoco con el oportunismo político. Y para mí la preocupación por la pobreza es un golpe político admirable. Pero, ¿por qué, señor ex presidente, nunca habló antes sobre la pobreza e indigencia en nuestro país? ¿Por qué ahora? No somos golpistas. Simplemente no somos tontos. Ni sometidos a nadie por más que grite fuerte. Muy fuerte.

Nosotros, a los que nos vinieron a buscar y destrozaron nuestras casas y nos pudimos escapar, somos muy fuertes. Fuertísimos, señor ex presidente.

Al Gobierno lo van a ayudar mejor quienes lo combaten de buena fe y no los seguidores sometidos, que son gran mayoría vergonzante y silenciosa.

Dice el periodista Mauro Federico (desde Tucumán): "Las estadísticas de mortalidad infantil en la provincia de Tucumán son manipuladas". Los números que marcan que la variable se redujo a la mitad no concuerdan con la realidad. El procedimiento es simple y sólo depende del trazo de una birome, hay cientos de bebés cuyo peso es inferior a los 500 gramos, que habiendo nacido vivos son registrados como defunciones fetales o "egresos por aborto" y por lo tanto no forman parte de la estadística.

En 2004, los jefes de guardia reunieron a todos los identificadores y comunicaron que a partir de ese momento se debían registrar como nacido muerto (subrayado mío) a todo bebé que pesara menos de 500 gramos (aunque estuvieran vivos). La orden era no practicarle ninguna atención médica. Se los deposita en una bandeja de instrumental hasta que muere. María Margarita Rosa, jefa de Departamento de Estadísticas, lo convalida.

Teníamos el holocausto en casa y no lo sabíamos. Teníamos a Mengele y no nos percatamos. Dejar morir tirados sobre un mármol es un crimen. ¿O no?

¿Qué opina el gobierno nacional?

Se debió hacer una investigación de esas denuncias, pero se prefirió negar la realidad y separar de sus cargos a las personas que alertaban sobre las irregularidades.

¿Tucumán y Jujuy quedan en la Argentina?

Espero que el dinero de las retenciones sea utilizable para casos como éstos. Quiero creerlo. Debo creerlo. Aunque la verdad es que no lo creo. Hay demasiados compromisos por fuera de la pobreza. El tiempo dirá. ¿O no?


Brindar la rosa
en el tiempo y el espacio mágico del aire radial.
Radializarla. Irradiarla.
Regarla con la poesía, la música, los dolores
y la esperanza que guarda la tierra.
Rehacer la rosa pétalo a pétalo,
Me quiere mucho,
muchito y todo.
Blindarla en el combate. Brindarla en el amor.
Risarla con alegre rebeldía.
La rosa brindada. Espacio de los intentos.


La rosa brindada

para enlazar