martes, 18 de marzo de 2008

Intervención en la Legislatura de Liliana Azaraf



El 8 de marzo para nosotras, feministas, es una jornada de lucha, que no rinde honores sino que significa compromiso con todas las mujeres que fueron y que son hasta el día de hoy víctimas de la violencia patriarcal capitalista.

Luchamos por transformar las relaciones de opresión en los espacios privados, y también por ocupar nuestros lugares en los espacios públicos, y cuando digo espacios públicos no me refiero a cuotas del poder existente. Me refiero a aquellos lugares en los que se interpela colectivamente el poder del Estado. A aquellos lugares, calles, plazas, también ámbitos del Estado, que día a día vienen siendo privatizados al servicio de la clase y de los grupos de poder. Que son negados a los sectores expulsados y excluidos por sus políticas, a los sectores que se han vuelto vulnerables por falta de trabajo, de educación, de salud, de vivienda, o por la ausencia de políticas que permitan la igualdad de oportunidades para las personas que sufren alguna discapacidad.

Esta situación de injusticia se agrava cuando a la exclusión se le agregan medidas represivas.

En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el primer Código de Contravenciones del año 1998, no establecía penalizaciones para las personas en situación de mayor vulnerabilidad social.

En el año 1999, comenzó el retroceso en las libertades ganadas luego de tantos años de gobiernos dictatoriales y autoritarios, con la reforma del artículo 71, que comenzó a penalizar a las mujeres y travestis en situación de prostitución. Repudiamos a las legisladoras y legisladores que pretenden resolver con represión los problemas sociales.

La violencia legal y policial es una forma de violencia institucional que en este caso, tiene un fuerte contenido discriminatorio de género, clase, orientación sexual.

Demandamos que se cumplan los tratados internacionales firmados por Argentina.

Las personas que vivimos y transitamos en la ciudad de Buenos Aires somos ciudadanas y ciudadanos. Somos sujetas y sujetos de derecho, y no objeto de represión.

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Brindar la rosa
en el tiempo y el espacio mágico del aire radial.
Radializarla. Irradiarla.
Regarla con la poesía, la música, los dolores
y la esperanza que guarda la tierra.
Rehacer la rosa pétalo a pétalo,
Me quiere mucho,
muchito y todo.
Blindarla en el combate. Brindarla en el amor.
Risarla con alegre rebeldía.
La rosa brindada. Espacio de los intentos.


La rosa brindada

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