CONDICION DE MUJER
Soy la advenediza
la que llegó al banquete
cuando los invitados comían
los postres
Se preguntaron
quién osaba interrumpirlos
de dónde era
cómo me atrevía a emplear su lengua
Si era hombre o mujer
qué atributos poseía
se preguntaron por mi estirpe
“Vengo de un pasado ignoto –dije-
de un futuro lejano todavía
Pero en mis profecías hay verdad
elocuencia en mis palabras
¿Iba a ser la elocuencia
atributo sólo de los hombres?”
Hablo la lengua de los conquistadores
es verdad
pero digo lo opuesto de lo que ellos dicen.
Soy la advenediza
la perturbadora
la desordenadora de los sexos
la transgresora
Hablo la lengua de los conquistadores
pero digo lo opuesto de lo que ellos dicen.
Hay dos ideales de escritora: «la poeta» (o «el poeta») que desprecia los otros géneros porque tiene una idea muy elevada de la poesía, y una escritora que, como yo, piensa que la literatura –hasta la poesía– se expresa en diferentes formas, no exclusivamente en verso, y ni siquiera, siempre, en verso. Mi ideal es una escritura lo más abarcadora posible, y hay “asuntos” –por no decir temas- que exigen más lo narrativo que lo metafórico, y no he querido renunciar a ellos. Como lectora, no podría renunciar a los cuentos de Salinger o de Saroyan, ni a la gran novela de Proust, ni a los inteligentísimos ensayos de McLuhan o de Susan Sontag, de modo que, como escritora, he pretendido abarcar todas esas formas de expresión, pero teniendo en cuenta que la escritura es, siempre, artificio (arte hecho), es decir, creación deliberada de belleza. Aún la belleza de la fealdad o del mal. (No en vano Baudelaire tituló su poemario Las flores del mal.)
En cuanto a la poesía, es una esencia, no una forma. Yo encuentro tanta poesía –desolada, solitaria, final– en un cuadro de Hopper como en una película de Visconti, un grabado de Eduardo Sanz o, a veces, en el gesto de una mano, en una mirada. Como toda esencia, la poesía es irreductible: no se puede definir. No hay poesía en todos los poemas –hay más mala poesía publicada que buena y está bien que así sea: si toda fuera buena, no podríamos distinguirla de la que no lo es– pero a veces la hay también, y mucha, en otras formas de expresión.
Para mí, la poesía es percepción y emoción, asuma la forma que asuma (verso, palabra, relato, escena, composición musical). Pero no cualquier percepción ni cualquier emoción. Se trata de una percepción no vulgar, de una emoción no vulgar. La poesía exige un refinamiento de los sentidos y de la inteligencia. Como se trata de una percepción, tenemos que ser muy humildes: yo he escuchado decir que hay poesía en un gol de Ronaldinho, y para quien lo dice, eso es poesía. La poesía está en la mirada de quien contempla, no en la cosa en sí. Está en la percepción, no en el objeto.
1 comentario:
entre en tucasa y casa y eta Alejandra, Julio, Jhony, y me sentí como en la mía, tus preguntas con armoniosas rimas, visitame, clikeale un diente a la dentadura, vasos & besos
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