viernes, 28 de mayo de 2010

NO SOMOS MáQUINAS REPRODUCTORAS

28 de Mayo

Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres

NO SOMOS MAQUINAS REPRODUCTORAS.

Se habla del derecho a la salud de las mujeres y se lo relaciona casi linealmente con la función reproductora.

Pensar en el ejercicio pleno del derecho a la salud de las mujeres debe remitirnos a la integralidad del concepto y no solo a la función reproductora.

Las feministas nos empeñamos en demostrar y exigir que tenemos derecho a elegir y gozar de nuestra sexualidad libremente y sin riesgo, decidir y ser respetadas en nuestra opción de ser madres o no serlo, acceder a servicios de salud sexual y reproductiva con calidad de atención, vivir libres de toda forma de violencia y coerción, a que nuestros cuerpos no sean explotados, sino cuidados y respetados, porque cada uno de los derechos enunciados, son derechos humanos de las mujeres.

Entre un 15% y un 71% de las mujeres en el mundo han sufrido violencia física o sexual infligida por su pareja en algún momento de sus vidas. Estos abusos, que se dan en todas las clases sociales y en todos los niveles económicos, tienen graves consecuencias para la salud de la mujer: embarazos no deseados o de infecciones de transmisión sexual, depresión o enfermedades crónicas.[1]

El 98 % de las mujeres argentinas iniciadas sexualmente usaron alguna vez métodos anticonceptivos, sin embargo, apenas cuatro de cada diez exige el uso de preservativo en sus relaciones sexuales.[2]

En lo cotidiano las mujeres nos encontramos con una serie de obstáculos que nos impiden el ejercicio de estos derechos. Por ejemplo, leyes que penalizan y restringen el aborto, trabas para acceder a métodos anticonceptivos e información para elegirlos, presiones de iglesias y grupos conservadores que buscan impedir nuestra autonomía sexual y reproductiva, la estigmatización de la sexualidad adolescente, la negación de la sexualidad de las personas con discapacidad, la imposición de un modelo de heterosexualidad obligatoria, el uso y abuso de nuestros cuerpos en los medios de comunicación y especialmente en la publicidad.

La calidad, cobertura y acceso a los servicios de salud no siempre consideran nuestras especificidades, nuestras condiciones económicas, el lugar donde vivimos, nuestra elección sexual, la etapa del ciclo vital en la que nos encontramos, las particularidades cuando tenemos una discapacidad, la pertenencia a una raza o etnia, que muchas veces funcionan como condicionantes a la hora de poder utilizarlos.

Cada año 14 millones de adolescentes se convierten en madres. Más del 90% de estas madres muy jóvenes viven en países en desarrollo.[3]

De cada 1000 adolescentes, 64 ya tuvieron un hijo, el nivel actual de fecundidad adolescente es de 64,0 por mil. [4]

Cada año, unas 5000 mujeres son asesinadas por miembros de su familia en defensa de su honor en todo el mundo.[5]

La historia reciente demuestra que las mujeres organizadas y en especial las feministas hemos visualizado los problemas de salud que nos afectan y luchamos para revertirlos buscando las grietas en las leyes, utilizando los avances de la ciencia, las contradicciones del patriarcado –sistema que ha convertido las diferencias entre mujeres y varones en jerarquías, asignándonos un lugar de subordinación, desvalorizando todo aquello que se asocie con lo femenino- como estrategias para superarlos.

Este lugar social de subordinación nos provoca malestares que devienen, entre otras cosas, de:

-la dependencia económica y afectiva que impide la autonomía

-el aprendizaje de normas culturales que refuerzan la pasividad, la tolerancia, sobrevalorando la abnegación, la resignación; volviéndonos vulnerables frente al maltrato.

-haber atravesado situaciones de abuso, violencia, violaciones, abortos clandestinos que dejan fuertes huellas emocionales.

-las dificultades para equilibrar y priorizar entre las necesidades familiares, laborales y las propias, que muchas veces nos llevan a la postergación y frustración de nuestros deseos y proyectos.

Estos malestares se reflejan en trastornos emocionales, sobre todo de ansiedad, angustia, impotencia, etc. como así también repercuten en el cuerpo, taquicardias, erupciones en la piel, problemas gástricos y trastornos de alimentación, etc.

Proponemos una nueva mirada sobre los síntomas que permita entenderlos como expresión de malestares en el marco de un contexto histórico, cultural, social, familiar y fundamentalmente, de género, porque si bien las mujeres no somos todas iguales, nos pasan cosas parecidas, y las posibilidades de resolución son colectivas.

Es imprescindible revisar los criterios y categorías diagnósticas tradicionales, pensados desde ciencias androcéntricas y con modelos médicos hegemónicos que instalan relaciones de Poder desde un saber único.

Hoy, la posibilidad de vivir una vida libre de violencia está más cerca que hace veinte o treinta años atrás, hay mucho por luchar pero estamos convencidas que las mujeres organizadas vamos adelante en buscar soluciones a los problemas de salud, adelante en no permitir más muertes por abortos clandestinos y siempre muy detrás los gobiernos que no asumen estas problemáticas como temas de políticas públicas.

Como feministas, integrantes de la Casa de la Mujer Azucena Villaflor, seguiremos luchando, denunciando y reclamando la plena garantía de nuestros derechos:

* Por la libre elección de la maternidad, no a la maternidad obligatoria y como único destino.

.* Por la libre elección sexual. Contra la lesbofobia y todas las formas de violencia contra gays y tranvestis.

* Por el cumplimiento de la ley 25.929 de parto humanizado.

* Por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, Aborto legal libre y gratuito. Aprobación del proyecto de “ley Interrupción Voluntaria de Embarazo”, presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

* Por la reglamentación y el cumplimiento efectivo de la ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales.

*Por una sociedad que no calle y no permita los abusos contra la libertad de elección de las mujeres.

Casa de la Mujer Azucena Villaflor

lasazucenas@hotmail.com



[1] 10 datos sobre la salud de la Mujer. Organización Mundial de la salud.2009

[2] "Situación de Población en Argentina" Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) 2010.

[3] Idem 1

[4] Idem 2

[5] Idem 1

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Brindar la rosa
en el tiempo y el espacio mágico del aire radial.
Radializarla. Irradiarla.
Regarla con la poesía, la música, los dolores
y la esperanza que guarda la tierra.
Rehacer la rosa pétalo a pétalo,
Me quiere mucho,
muchito y todo.
Blindarla en el combate. Brindarla en el amor.
Risarla con alegre rebeldía.
La rosa brindada. Espacio de los intentos.


La rosa brindada

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