miércoles, 26 de diciembre de 2007

guión poético para leer en voz alta




Enrique Falcón (Valencia, España)

a Diana Bellessi y Eliana Ortega
las mujeres enfermas que jugaron con burros
las que cavaron tumbas en las palmas de un trueno
las sólo voz dormidas en los centros solares
las hambrientas de todo
las preñadas con todo
las hijas del golpe y de los sueños mojados
las que fijan continentes que dejaron atrás
las niñas con pimienta en sus quince traiciones
las de pan-a-diez-céntimos sin cafetería
las del turno de visita con oficios de muerte
las madres eternas de los locutorios
las arrasadas, las caratapiadas, las comepromesas
las terribles solitas en las salas de baile
las clandestinadas pariendo futuros
las oficinistas que ahogaron sus príncipes
las acorraladas
las desamparadas, las sepultureras
las del polvo sobreimpuesto y el trago a deshora
las poquito conquistadas
las niñitas vestidas con mortajas azules
las que cosen el mundo por no reventarlo
las que revientan los mundos
las mujeres con uñas como mapas creciendo
las hembras cabello-de-lápida (todavía más grandes que su propio despojo)
las corresquinadas, las titiriteras,
las que tierra se trajeron atada a los bolsillos, las nunca regresadas
las nunca visibles, las del nunca es tarde
las todas visibles, las del vis-a-vis sin un plazo de espera
las reinas en los parques y en los sumideros
todas ellas las mujeres que llegan con todos sus cansancios,
todas, en sigilo: las amantes
mis camaradas.


Los versos son la música del alma, decía Voltaire
Con algunos soniditos de mi alma descubiertos en otras voces he venido aquí,
a las dulces y saladas playas del blogspot,
porque además, creyendo como creo que la poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar…
Al decir de José Hierro:
hace vibrar árboles, ropas,
abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje los objetos que duermen en la playa..."
Traje mi emoción y mi voz con la intención de ser brisa,
chispa, agüita salada y dulce …
Y porque, como Laura Devetach,
yo también
“Quisiera entrar por el ojo de una aguja en el reino de la gente,
donde ninguna edad fuera pecado,
ningún sexo demasiado pequeño,
ningún ser un poco menos”,
he elegido algunas poesías que soplen
al oído de las opresiones,
quemen algunas discriminaciones y mojen la sequía conservadora
que a veces nos abraza.

Me he besado con poetas, pintores, cineastas,
empleadas, princesas judías, rateros, hippies,
ingenieros, tenores, guerrilleros
En mi boca todos los caminos de la vida
Es tiempo de ocuparme de mis pies...


...dice Luisa Futoransky
pero también es tiempo de ocuparme de mis alas, ¿no, Fridita?
“pies para que los quiero si tengo alas pa’ volaaaaar”
decías, mientras la Walsh te hacía llegar su invitación al vals...


Dulzura al medio día,
algas, enredaderas, palomas
Te diría, si quieres, si quisieras
regresa, todavía dispongo de las manos y maneras.

Agua lisa divierte, hay alas en verano
mirá qué bien, qué suerte ser dócilmente humanos
¿qué pasa con la muerte?

No sé, dame el amor, dame la mano.
Solamente me cuento cómo eres, cómo eras

tu mitigado aliento conmigo, si supieras
como un velamen lento, empecemos,
si quieres, cuando quieras.

Te reúno y te espero de siempre, de repente
qué delicado esmero, ven, vamos suavemente.

En fin, yo te sugiero
que la piel es lo único inocente.


“la piel es lo único inocente”…
esa PIEL que describe casi temblando y feliz
la guatemalteca Alaíde Foppa...


Es tan frágil la trama
que la rasga una espina, tan vulnerable
que la quema el sol, tan susceptible
que la eriza el frío. Pero también percibe
mi piel delgada
la dulce gama
de las caricias, y mi cuerpo sin ella
sería una llaga desnuda.


… "La piel es lo único inocente…",
me sigue susurrando María Elena
y se suma con su voz el viejo Walt Whitman:


Brotan de mí voces prohibidas,
voces del sexo y del apetito,
voces veladas y yo aparto el velo
voces indecentes, clarificadas y transfiguradas por mí.

Yo me cubro la boca con la mano
Me conservo tan puro en las entrañas como en la cabeza y el corazón,
La cópula no es para mí más vergonzosa
que la muerte.

Creo en la carne y en los apetitos,
Ver, oír, tocar, son milagros,
y cada parte de mí es un milagro.


(de un libro levemente odioso, Roque Dalton)

Vulvitas
falitos
salivitas
deditos
culitos
lengüitas
olorcitos
ruiditos
suspiritos
mamacita / papacito
Y las muñecas se quedan para siempre solas
y las pistolas del Llanero Solitario se pudren
Hasta que se da cuenta una mamá

Por qué seremos tan perversas, tan mezquinas, tan derramadas, tan abiertas
Y abriremos la puerta de calle al monstruo que mora en las esquinas,
O sea: el cielo como una explosión de vaselina
Como un chisporroteo, como un tiro clavado en la nalguicie
-y por qué seremos tan sentadoras, tan bonitas,
los llamaremos por sus nombres
cuando todos nos sienten
(o sea, cuando nadie nos escucha)

Por qué seremos tan pizpiretas, charlatanas, tan solteronas, tan dementes
Por qué estaremos en esta densa fronda agitando la intimidad de las malezas,
como una blandura escandalosa
cuyos vellos se agiten muellemente al ritmo de una música
tropical brasilera.

Por qué seremos tan disparatadas y brillantes,
Abordaremos con tocado de pluma el latrocinio
desparramando gráciles sentencias
que no retrasarán la salva, no,
pero al menos permitirán guiñarle el ojo al fusilero.

Por qué seremos tan despatarradas, tan obesas,
sonriendo en lentas aspiraciones el zumo de las noches peligrosas.
Tan entregadas tan masoquistas,
tan-hedonísticamente hablando- por qué seremos tan gozosas,
tan gustosas
que no nos bastará el gesto airado del muchacho,
su corvada muñeca: pretenderemos deshollar su cuerpo
y extraer las secretas esponjas de la axila
tan denostadas, tan groseras.

Por qué creeremos en la inmediatez en la proximidad de los milagros
circuidas de coros de vírgenes bebidas y asesinos dichosos
tan arriesgadas, tan audaces,
pringando de dulces cremas los tocadores
cacheando curioseando
por qué seremos tan superficiales, tan ligeras,
encantadas de ahogarnos en las pieles que nos recuerdan animales pavorosos y extintos,
fogosos, gigantescos.

Por qué seremos tan sirenas, tan reinas,
abroqueladas por los infinitos marasmos del romanticismo
tan lánguidas, tan magras,
por qué tan quebradizas las ojeras tan pajiza la ojeada
tan de reaparecer en los estanques
donde hubimos de hundirnos
salpicando, chorreando
la felonía de la vida
tan nauseabunda, tan errática.


El primer poema fue escrito por el español Enrique Falcón,
además cité versos de Laura Devetach, Luisa Futoransky,
María Elena Walsh, Walt Whitman,
Roque Dalton y Néstor Perlongher.
Ahora quería leer dos cosillas escritas,
una por la uruguaya Cristina Peri Rossi,
y otra por el argentino Julio Cortázar,
contarles también esta pequeña historia: dicen que Cortázar
anduvo mucho tiempo enamorado de la Peri Rossi
y queriendo conquistarla,
hasta el día en que se dio cuenta de que los dos miraban
a las mismas mujeres.
Por ese amor Cortázar escribe 15 poemas para CRIS,
y por otros amores Cris escribe:


No conoce el arte de la navegación
quien no ha bogado en el vientre
de una mujer, remado en ella,
naufragado
y sobrevivido en una de sus playas.

Por cada mujerque muere en ti

majestuosa digna
malva
una mujer nace en plenilunio
para los placeres solitarios
de la imaginación traductora.


Y este que les leo ahora es el segundo de los 15 poemas para Cris
que escribe Julio Cortázar:


En realidad poco me importa
que tus senos se duerman
en la azul simetría de otros senos.
Yo los hubiera hollado
con la cosquilla de mi roce
y te hubieras reído justamente
cuando lo necesario y esperable
era que sollozaras
.


Ya que entramos en la poesía de mujeres que aman a mujeres,
pocos poemas los habrá más bellos que este de Diana Bellessi:


Cuando digo la palabra
nuca
¿te chupo suavemente
hasta hundir
el diente aquí?
¿Estoy tocándote acaso?

Cuando digo pezón
¿la mano roza
las dilatadas rosas de los pechos tuyos?
¿te toco acaso?

¿Toca, lengua, la comisura
de mis labios y aprisiona
en la vasta cavidad el cuerpo
que desea ser tocado y ceñido
por tu lengua cuando nombra
mi boca la palabra lengua, acaso?

No me mandes al rincón

No hagás de mí el testigo


que se mira tocarte con palabras
Es la mano nombrada
no el nombre
quien desea aprisionar tus nalgas
—Hábleme
—¿Cómo será?
—¿Qué?
—Tu voz

¿fuego oculto en la madera
del fuego que se expande?

¿Así será?
El cuerpo de tu voz
en el instante en que
no me mandes al rincón
fluye miel de las granadas

No quiero
tocar un fantasma
ni quiero
la fantasía cortés
del trovador a su dama
Es a vos, mi amada

áspero cuerpo de la amiga a quien deseo

Gesto
de mutua apropiación

instante
donde no se sabe
los límites del tú, del yo

El nombre y lo nombrado
en tersa conjunción que sabe
no durará

y sabe
es más eterno
que el filo de un diamante

Alegre
relámpago de zarpa
y del mordisco
animal
el más bello de todos
el instinto
impera aquí

Su voz no tiene traducción

Verbal moneda de intercambio
no

Sólo el audaz abrazo, amiga mía,

responde aquí



SENCILLOS DESEOS (Gioconda Belli)

Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias
en el pelo
y quisiera besos en la espalda
acurrucos
que me dijeras las más grandes verdades
o las más grandes mentiras
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda del mundo
que me querés mucho
cosas así
tan sencillas, tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera dependiera de que los míos
sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andés mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seás la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio y luego en aguacero.
Cosas quiero como una gran ola de tenura
deshaciéndome
un ruido de caracol
un cardumen de peces en la boca
algo de eso
frágil y desnudo
como una flor a punto de entregarse
a la primeraluz de la mañana
o simplemente una semilla, un árbol
un poco de hierba
una caricia que me haga olvidar
el paso del tiempo
la guerra
los peligros de la muerte.



POEMA 12 (Oliverio Girondo)

Se miran, se presienten, se desean,

se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfantean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acomenten, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resusitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.



ORACION (Gabriela Robledo)


Madre Eva de la Gozosa Digestión del Fruto
del Bien y del Mal.
Líbranos de los beatos buscadores de Sodomas
y de su fuego.

Líbranos también de los episcopales diluvios fachistas.
Oh, Eva Orgasmada de la Venerable Concupiscencia
vela ahora y siempre por el manantial de nuestro clítoris
por nuestras ondulaciones.

Concédenos la gracia del deseo y del retozo.
El erotismo de cada día renuévalo hoy.
No nos dejes caer en la cama errada
y si así sucede, danos la fuerza para vestirnos y marcharnos.

Oh, Reverenciadísima Eva de la Sabrosa Sabiduría
danos tanto éxtasis como resurreciones nos quepan en el cuerpo.
Líbranos del temor y los prejuicios.
Que probemos llaves.
Aaaaamén.


No hay comentarios:

Brindar la rosa
en el tiempo y el espacio mágico del aire radial.
Radializarla. Irradiarla.
Regarla con la poesía, la música, los dolores
y la esperanza que guarda la tierra.
Rehacer la rosa pétalo a pétalo,
Me quiere mucho,
muchito y todo.
Blindarla en el combate. Brindarla en el amor.
Risarla con alegre rebeldía.
La rosa brindada. Espacio de los intentos.


La rosa brindada

para enlazar