martes, 11 de enero de 2011

Jazmines para María Elena

Quiero contarles que alguna vez... estuve enamorada de María Elena Walsh!
Y claro…si me arrullaron muchas de sus canciones, y tantas! veces me he dormido con su voz…
Años más tarde, adolescente, su voz tuvo la magia de despertarme…Ya no en cantos y cuentos infantiles, sino con su poesía diáfana y bella y su mirada de mar…

Recuerdo ‘dedicatoria’, un fragmento, de aquel libro entrañable "Otoño imperdonable"

(…)

Yo soy aquella fiebre de papeles
que por los corredores de la escuela
admiraba tu mundo de acuarela
y la política de tus pinceles.

Soy el antaño de tus mediodías
y aquel afán donde te reconoces
quien buscaba tu voz entre las voces
y quién tanto lloró porque sufrías.

Mi corazón en todo te comprende
-desde su cerradura o con su llave-
pero perdónalo porque no sabe
en dónde acabas tú y empieza el duende.

(…)

En la ciudad de mi palabra fría
ardiendo está tu ausencia y tu latido.
Mucho antes de partir me habré perdido
sin tu mano en mi mano, amiga mía.

Danza con mi paraguas arlequines
prende mi luz y mírate en mi espejo
De todo me desprendo y te lo dejo:
la lapicera, el canto, los patines.

Te estoy queriendo, única y primera
desde mi soledad exagerada.
Siempre estaré de frente en tu mirada
y asistiendo a tu sombra verdadera.

Dame la mano y vamos a algún lado
con los pinceles como pasaporte
Las dos con una brújula sin norte
Las dos con un reloj equivocado.

Después conocí sus trabajos con Leda Valladares, y sus canciones para adultos…
Y ‘esos’ amores suyos que me ayudaron a asumir con alegría mis propios amores!

La noticia de su cáncer me puso enormemente triste…Quizá por eso fue que me alegré tanto cuando una tarde la vi caminando apoyada en dos muletas por la calle Florida…Corrí a un kiosco a comprarle flores, la alcancé y me ganó una timidez tan torpe que ni siquiera pude saludarla….

Igual volví a mi casa sonriente y con su ramito de jazmines.

Al día siguiente averigüé su dirección y le envié una carta contándole esta historia . Unas semanas después me llegó por correo, una rústica y bella edición del libro “Hecho a mano” con una dedicatoria que dice: “A Liliana, por las flores que están en tu mesita de luz. María Elena”

Si debo elegir un poema de la Walsh elijo Invitación al vals…

Dulzura al medio día,
algas, enredaderas, palomas
Te diría, si quieres, si quisieras
regresa, todavía dispongo de las manos y maneras.

Agua lisa divierte, hay alas en verano
mirá qué bien, qué suerte ser dócilmente humanos
¿qué pasa con la muerte?

No sé, dame el amor, dame la mano.
Solamente me cuento cómo eres, cómo eras
tu mitigado aliento conmigo, si supieras
como un velamen lento, empecemos,
si quieres, cuando quieras.

Te reúno y te espero de siempre, de repente
qué delicado esmero, ven, vamos suavemente.
En fin, yo te sugiero
que la piel es lo único inocente.

Si de canción se trata, quizá me represente aquella que dice…”cómo me duele si me quedo, pero me muero si me voy…por todo y a pesar de todo mi amor yo quiero vivir en vos….

También me gustan y acompañan ‘asunción de la poesía y ‘las que cantan’

1



Yo me nazco, yo misma me levanto,
organizo mi vida y determino
mi cantidad, mi número divino,
mi régimen de paz, mi azar de llanto.

Establezco mi origen y termino
porque sí, para nunca, por lo tanto.
Soy lo que se me ocurre cuando canto.
No tengo ganas de tener destino.

Mi corazón estoy elaborando,
ordeno sufrimiento a su medida,
educo al odio y al amor lo mando.

Me autorizo a morir solo de vida.
Me olvidarán sin duda pero cuando
Mi enterrado capricho lo decida

2

Me siento responsable del rocío.
Por mi culpa la piedra está callada.
Comparto la velocidad del río,
tengo la obligación de la alborada.

Me importa demasiado el mundo. Ansío
su condición de lágrima y espada.
Nada sucede en su transcurso, nada,
que no pase primero por el mío.

Sepan que por el viento me suicido,
que me atribuyo el mar y que concedo
a un tribunal de lluvia mi latido.

Asumo el día y cumplo sus deberes.
Vivo la ira de los hombres, puedo
amar con el amor de las mujeres.


'Las que cantan'



(…)


Vengo a decir que en los rincones
más difíciles del planeta
están cantando las mujeres
con voz de pueblo escarmentado.
Se supone que vociferan
para morir un poco menos.

Sólo el dolor, la fiebre, el odio,
el desafío y la desgracia,
sólo una luz inofensiva
cantan las mujeres que cantan’


(…)



Hace algunos años, mi amigo Daniel Heffes, que conduce 'La Cofradía', programa que se emite por Radio Universidad de La Plata, me pidió le contara una anécdota relacionada con alguna canción para una sección de su programa, y surgió esto que aquí les conté...


1 comentario:

Cicatriz Queloide dijo...

Me encanto la anécdota de las flores, y es verdaderamente bello el final.
No llegue a conocer a María elena pero conocí a una autora de tal sensibilidad. A vos, y se nota que has sido inspirada por otras y otros grandes autores.
Supe de vos en un programa de la tv publica, en donde ganaste un premio de contruccion de ciudadanía. Me encanta tu trabajo. Tus textos y poemas son inspiradores. Me gustaría que te pasaras por mi Sitio web para tener tu opinión y esta me sirve en mi desarrollo como intelectual. Te sigo leyendo. Cristian.

Brindar la rosa
en el tiempo y el espacio mágico del aire radial.
Radializarla. Irradiarla.
Regarla con la poesía, la música, los dolores
y la esperanza que guarda la tierra.
Rehacer la rosa pétalo a pétalo,
Me quiere mucho,
muchito y todo.
Blindarla en el combate. Brindarla en el amor.
Risarla con alegre rebeldía.
La rosa brindada. Espacio de los intentos.


La rosa brindada

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